¿Por qué este estudio?

Está claro que la pandemia por coronavirus (COVID-19) y el confinamiento decretado en muchos países está afectando a nuestros estilos de vida y, con ello, la forma de alimentarnos.

El momento de ir a hacer la compra se convierte en una odisea, las interrupciones en los sistemas de suministro de alimentos pueden dificultar la tarea de encontrar ciertos alimentos y generar una mayor ansiedad por comprar. Algunas familias tienen que hacer malabarismos para cuidar a sus hijos e hijas y se han visto obligadas a dedicar mayor tiempo a cocinar que antes. Además, para mucha gente, el desempleo, la pérdida de ingresos y la incertidumbre hacia el futuro, hacen que comprar alimentos suponga una mayor presión económica. En estos momento, decidir “¿qué hay para comer?” puede convertirse en un reto diario.

¿Cómo nos estamos alimentando durante el confinamiento?

Con este estudio queremos conocer que están haciendo las personas que viven solas, las familias, los compañeros y compañeras de piso, etc respecto a la alimentación, como les está afectando y que posibles efectos tendrá en el futuro. Esta información esperamos que sea de utilidad para ayudar a otras personas,